miércoles, 17 de julio de 2013

El olvidado caso de la sangre.

La multiplicidad del placer exacto,
En una de las tantas versiones del miedo,
El ejemplo a seguir de un joven exagerado por el silencio y la adictiva compañía de  la música,
Ante todo eso que eran explicaciones,
En el tiempo cerrado que hay en una herida.

Entonces durmiendo esta el verbo del pasado como algo subyugado,
La justificación exacta de los que no vive,
Y que luego se convierte en el personaje principal del futuro…
De manera que todo lo que este despierto allí detrás seguirá estimulando;
Al número del cual no recuerdo haber nacido,
Al razonamiento sustancial de las cosas olvidadas,
Que significa al concepto de que es necesario morir,
Porque es la segunda situación de la vida,
En las venas estas que son conclusiones.

Es que a veces sucede así,
Toda la geometría lograda en la sangre practica con genética,
El resultado mortal de un pensamiento elegante,
Vestido de tal forma él,
Que de tanta apariencia in sospechable,
Puede ejecutar una idea sin ser el absoluto culpable de la realidad.

El múltiplo de la mentira,
Ante la inteligencia de una costumbre.
La paciencia exacta de lo que no es,
Y eso de antes que esta encerrado,
En cada día que tengo que explicar,
A ellos,
Tus pensamientos. 

viernes, 12 de julio de 2013

Los últimos en el tiempo.



Cíclico en el fuego,
De las otras herramientas sensibles sin conocimiento.
Y ya que somos los últimos en el tiempo,
Puede uno no terminar escuchando;
Como debajo del corazón respiran los recuerdos de la sangre,
Haciendo memorar,
Que todo se sostiene por su pulso,
Y que si algo pasa con algunas de sus lágrimas,
Tratara de explicar con muerte a eso de lo que el fuego es sensible.
Pues la suma del dolor convertida a lágrima se contiene como una respuesta;
Distintas versiones de la pasión,
Y sin embargo una lágrima cayendo sobre el fuego puede  volver a convertirse en sangre,
Y luego apagarse,
Pues es tísico su pensamiento de tanto que llora.
Es que el corazón no quiere tener más elementos humanos debajo,
Y menos que sean recuerdos…

martes, 2 de julio de 2013

El criterio de lo que no importa.

También saberse al mundo de memoria,
Como el pulso genético de la evolución.
Y creo que ya te he demostrado cuanto se de todos tus besos,
De los que por distintos motivos no respetan la ignorancia de la belleza,
En una personalidad egoina.
De los que algún día tendrán la opción de ser perfectos ante el duelo de la juventud,
Y fallaran contra la puntería del corazón,
Siendo ellos mismo parte de la sangre.

Pues bien,
Uno divierte su cultura y la locura empieza a ser exagerada,
Con ello las razones son inexplicables y la mente queda en retroceso.
Es que detrás,
Esta el instinto que infilia el todo de su argumento.
De manera que uno puede ir acostumbrándose al momento,
De elogiar el punto de vista de tu belleza,
Ante los elementos necesarios del deseo.
  
Mirar quien soy,
Al ir desperdiciando el silencio,
Y coincidir;
Que después del odio es mejor hacerse noticia;
Pues los objetos de la mentira serán bastantes reales en sí,  
Luego el criterio de lo que no importa tendrá su sentido de pertenencia.
Es que seguimos probando cuanto soporta esta cultura ante el estimulo del método,
Solemos coleccionar en su esperanza el resto del egoísmo,
Con la sangre del labio que la impostura necesita,
Lógicamente una no aconsejable forma de dispararse,
Y errarle de nuevo al mundo,
Aunque sea él,
Uno solo…

La alcohólica dicción de respetarse conmueve,
Y el sentido obligatorio de las sensaciones mentales,
Queda tirado,
Allí debajo,
Como de un pasado,
Del corazón.
Haciendo de muestra como uno falla con el pensamiento,
Ante el rumor narcótico del tejido experimental,
Al intelecto,
Y sus sutiles argumentos.

Desde ya,
Hoy será el fin,
El día de la elección…
El de un saludo que supone respirar,
Y será así,
Estoy acostumbrado a pensar en lo que no recuerdo,
No puedo ser entonces de otro modo,
Pues mis puntos de vistas son la imaginación de tus besos,
De esos que tendrán la oportunidad de ser perfectos,
A partir de siempre.