miércoles, 4 de febrero de 2015

Lo mismo que no existe.



He hecho lo mismo que nadie,
Años enteros guardados en el fondo de la razón,
Sin saber que la esperanza se dedicaba a la belleza.
Ni hablar de los pensamientos,
Ni de las cosas que ocurren mientras todo es lento.
Si alguien ha visto algo diferente que no haya ocurrido en los recuerdos,
Que explique entonces como uno, no ha de olvidarse.

Es una explicación o es algo de silencio?
Se va de acá sin que no exista,
Y lo peor de todo que ni siquiera es un recuerdo.
Entonces lo intento nuevamente,
Y vuelvo hacer lo mismo que nadie.
Me pongo hablar de lo que insisto y sin querer no logro equivocarme.
Solo pienso de manera indiferente,
Así que me extraño un poco y resuelvo provocarme.
Comento quizás, a la pasada,
Las distintas formas de la normalidad,
Y comienzo a explicar;
Que hacía tiempo que no veía un lugar,
En donde la muerte suponía ser una buena noticia.
Y en donde a pesar de mis ganas, no recordaba,
Lo que en silencio no me estabas escuchando.

Aunque así también,
Luego de irme,
Diré algo del tiempo,
Dejaré detallado que cada segundo será una forma distinta de querer olvidarte.
Dejaré  a un costado también algunas costumbres del sexo,
Y acortaré la vida pues seguir sería una noticia no aconsejable.
Así que si!!!
Me iré sin los resultados.
Y encontraré el sobrante de tiempo,
De aquellos que ya no se necesitan con vida.
Calcularé el transcurso que tarda en llegar una idea al pensamiento equivocado,
Y lo dividiré por dos.
Una idea para cada lado,
Una exacta forma de pensar lo distintos que somos,
Y llegar al mismo punto de desencuentro.
Sin que nadie nos mire raro,
Y sin que nadie entienda porque,
No hemos perdido la alegría de imaginar.      

martes, 26 de agosto de 2014

Luego de poder existir...

Volver al estado natural de querer relacionarse con las ganas,
Con la forma exagerada que el tiempo nos propone.
El largo decaimiento de un dialogo,
Dispuesto al recuerdo,
Y todos necesitando una nueva forma,
De poder olvidarse…
Y menos, allá!!!
Si nadie se entera de que exageramos,
Podremos desaparecer antes de que el dialogo nos nombre…
Tardaremos menos en explicar la realidad,
Y nuestros labios se desearan alguna vez,
Luego de que no puedan existir las posibilidades.

Y ya si algo queda vacio,
Se llenara de tiempo,
Disimularemos en que todo pasará lo más rápido posible,
Buscaremos luego con coincidencias,
Las distintas formas de recordarse,
Continuando fracturar en cada segundo,
Un momento de inteligencia suficiente,
Que explique con criterio,
El dolor insoportable de un decrecimiento…  

Luego,
Después de la tierra,
Nos despediremos de varias formas,
Pero ninguna dará resultado…
Hablaremos de pertenecer a la libertad cuando ya nadie pueda escucharnos,
Le dejaremos encargado al miedo que deje tristeza desparramada,
Por no saber apreciar las correcciones que hace el tiempo,
En el momento adecuado,
Al borrarnos con simpleza de la conducta evolutiva,
Y del mecanismo orgánico,
Que supone el momento de no pensar más.

Volver a las ganas y dejar al dialogo también de lado,
Tenemos ese estilo para desaparecer,
Y al mismo tiempo volver a la realidad por ser recordados…

lunes, 28 de julio de 2014

Texto Carnal.


Deberás sentir venganza,
Si es que existe,
Que no importa lo importante…
Hacia donde fueron los momentos que extrañamos,
Y que nos han ayudado a pasar un rato de soledad.
Alguna vez puede servir que no me ponga a pensar…
Alguna decisión del lado del azar,
Perturbado por las ganas de olvidarte,
Y acordarme de todo,
Luego de volver a respirar…

Hoy,
En el lugar de las palabras,
Esta mi imaginación,
Y del lado que no quiero,
Están las pocas ganas de ponerme a explicar,
Lo que en realidad extraño.
La sensación de que ya!
El tiempo pasa con un criterio determinante.
Asesinando los momentos necesarios que la realidad desperdicia,
Cada vez que encuentra en ti,
Una forma lógica de situarse frente al miedo…

Un anti comportamiento,
Lo inexplicable de un dolor imaginado,
Los costados abiertos,
Y en lo posible, todo lo que sea profundo,
Bien encerrado,
Tanto que ni el silencio quede de testigo,
Tanto que ni queden ganas de enamorarse del conocimiento.

miércoles, 4 de junio de 2014

Silogismo.

Y encima adolece del lado contrario,
Temprano,
En un minuto de paz que no coincide con lo repetido.
El instante que uno no reconoce por cuestión del miedo,
Pero tarde,
Hasta que nos olvidemos de todo,
Y ya no seamos más…

Tendrás que elegir,
Aunque el cuerpo no esté coordinado con el tiempo,
Debido a las exigencias naturales.
Y de vez en cuando tendrás que modificar algo interno,
Algo que no haya sido incluido en lo salvaje.
Es razonable,
Así que tal vez,
Recuerdes solucionar la costumbre con alguna variante verbal,
Que justifique el conocimiento orgánico,
De tu silogismo.

Y de un solo silencio,
Habrá tres situaciones indispensables;
Arriba de la inconstancia descansa el estilo de la esclavitud,
Virtud de un narcótico acontecimiento.
Entonces el razonamiento no es complicado,
Los que olviden la ilusión,
Serán carne de la costumbre,
Serán los testigos de la mortalidad,
Una vez más en la memoria.
Y nuevamente,
Volveran a olvidarse,
De la postura incorporal...

martes, 28 de enero de 2014

Elegancia.

En menos de un segundo de memoria,
Habían dicho dos palabras y fue algo ocasional,
Entonces nada volvió a ser como antes,
Era saber lo necesario que éramos para que la sangre explique hoy,
La dimensión de los elementos rítmicos,
El sabor de moverse tranquilo sobre el costado del posterior movimiento,
Que tiene el pensamiento,
Y  la forma básica de pasar al segundo siguiente,
Sin nada realizado.

Era el cuerpo lo que no me acordaba,
Por eso sabia todo lo contrario;
Pensar modifica el conocimiento,
Lo retuerce sobre todo el tiempo neural,
Y luego lo resuelve sobre la realidad,
Con otra lenta mirada del razonamiento,
A la sustancia original de la palabras ocasionadas,
Por el difícil acceso del silencio,
En tus modos casuales de perder el tiempo.

Así que el otro día,
Ya había soñado de forma distinta.
Todos esos movimientos lentos ocurrían dejando atrás,
Un dolor interminable.
Un romance de tiempo incierto,
Encerrado en dos palabras seguidas,
En el contexto de una momento elegante,
Con pocas lágrimas,
Y un solo silencio,
Solucionando,
La forma básica de pasar a la vida siguiente,
Despertándose sin recordar el dolor.

jueves, 12 de diciembre de 2013

El segundo pasado del recuerdo.

Con ganas de no ser tanto,
Uno encuentra la manera de sentarse a pensar…
Entonces,
Una vez que coincide eso de empezar a mirarse,
Comienza el otro lado del cuerpo con eso del amor;
Esta cuestión de sentir el deseo de morirse sobre sus labios, para siempre,
Parece solucionar el resto de todos los días,
Pero solamente soluciona un segundo de imaginación,
Y el otro modo de saber cómo duele el tiempo,
En tus ojos,
Y el resto de una mirada,
Con ganas de no ser tanto.


Así,
En tus ojos,
Esta la manera de sentarse a pensar…
Que en sí,   
El tiempo,
Es la parte que el cuerpo no recuerda;
Luego,
Esta empezar con todo esto de imaginarse,
En un lugar contrario al que uno siempre se encuentra,
En donde la genética del pensamiento,
Resuelve con prudencia el dolor de los olvidados,
En el tiempo que ninguno protege con ganas,
El sabor de ser,
Un segundo pasado del recuerdo,
Que deja sin verdad,
Con solo suponer,
Lo que habías vivido,
Dos veces en el segundo siguiente.


Ser uno de los tantos,
Que no terminan,
Ni hasta en el fin del mundo.
Lo que se había olvidado en tus recuerdos,
Era el modo de ejecución del tiempo,
En la biología mental,
Del instrumento verbal,
Sobre la contraria situación de esperarse a uno mismo,
En otro lugar,
Que en realidad,
No se había desocupado.

martes, 12 de noviembre de 2013

Abogáfico.

Era cuestión de sentarse a pensar,
Y resolver tranquilo lo que en un segundo se quedo sin vida.
Hasta que no lo vio con sus propios ojos,
No pudo comprender la densidad real de la situación.
Un punto de vista diferente que el tiempo supuso con el cuerpo,
Fue el aspecto racional que determino lo insoportable que es pensar,
Como así también,
La manera de sentarse...

Sin embargo él,
Entendió al instante que la belleza  fue el modo más efectivo  que tuvo el miedo para enamorarse.
Explicando así,
Todo lo que luego fue su tiempo.
Estaba por volver a nacer,
De modo que tenía que explicar de dónde venía con todos esos años.
Su virtud era la de desaparecer hasta del silencio,
Pero cuando uno se pasa del tiempo no se puede disimular.
Lo que no existe es siempre lo más importante,  
Y más en horas previas a la realidad.
Es así que no sé sabe si fue cuestión del destino o que,
Pero justo cuando comenzó a vivir,
Se largo a llorar…
Algunos dicen que es por la lógica despedida,
Otros lo relacionan más con la biológica sensación del aire,
Pero yo lo atribuyo al pulso ideal del pensamiento,
Y sus ganas de explicar desde el inicio,
Que el amor,
Es otra forma de pensar y nada más.

Ahora bien,
Luego de adolecer su sexualidad,
Conservó el humor debajo del arte,
Fue el abogado de su excelente naturaleza,
Y de filosofo paso a ser un segundo más,
De esos que el tiempo ya ni recuerda.
Se decía que estaba enamorado de la evolución,
Y que de apoco le fue comprando su experiencia,
Pagándole así,
Con todo su cuerpo,
El sabor de morirse con un nuevo conocimiento;
La tierra traga con dolor esa historia que no respira,
Y la memoria lo deja vivo,
En algún punto de vista.