miércoles, 4 de febrero de 2015

Lo mismo que no existe.



He hecho lo mismo que nadie,
Años enteros guardados en el fondo de la razón,
Sin saber que la esperanza se dedicaba a la belleza.
Ni hablar de los pensamientos,
Ni de las cosas que ocurren mientras todo es lento.
Si alguien ha visto algo diferente que no haya ocurrido en los recuerdos,
Que explique entonces como uno, no ha de olvidarse.

Es una explicación o es algo de silencio?
Se va de acá sin que no exista,
Y lo peor de todo que ni siquiera es un recuerdo.
Entonces lo intento nuevamente,
Y vuelvo hacer lo mismo que nadie.
Me pongo hablar de lo que insisto y sin querer no logro equivocarme.
Solo pienso de manera indiferente,
Así que me extraño un poco y resuelvo provocarme.
Comento quizás, a la pasada,
Las distintas formas de la normalidad,
Y comienzo a explicar;
Que hacía tiempo que no veía un lugar,
En donde la muerte suponía ser una buena noticia.
Y en donde a pesar de mis ganas, no recordaba,
Lo que en silencio no me estabas escuchando.

Aunque así también,
Luego de irme,
Diré algo del tiempo,
Dejaré detallado que cada segundo será una forma distinta de querer olvidarte.
Dejaré  a un costado también algunas costumbres del sexo,
Y acortaré la vida pues seguir sería una noticia no aconsejable.
Así que si!!!
Me iré sin los resultados.
Y encontraré el sobrante de tiempo,
De aquellos que ya no se necesitan con vida.
Calcularé el transcurso que tarda en llegar una idea al pensamiento equivocado,
Y lo dividiré por dos.
Una idea para cada lado,
Una exacta forma de pensar lo distintos que somos,
Y llegar al mismo punto de desencuentro.
Sin que nadie nos mire raro,
Y sin que nadie entienda porque,
No hemos perdido la alegría de imaginar.      

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