miércoles, 15 de mayo de 2013

El final del conocimiento.



Una casi insoportable memoria,
De los días del no pensar,
La magia suponiendo el intelecto residual de todos los argumentos que son preguntas,
Hasta las consecuencias elementales del cuerpo entero.

Es una vida eterna en el tiempo de un segundo,
Un recuerdo exagerado,
Un fantástico pensamiento que ordena la consulta ilustrada del miedo,
Marcando el límite que el sexo ignora en el sur de la verdad.

Pretender salir del aire y dejarse olvidado hasta para la muerte,
Todos le aportamos al miedo una cuestión interesante con las cosas no pensadas,
Entonces no hay nada que detrás del silencio no este sospechado.
De manera tal que es moderno ponerse hablar con exceso de todo lo siempre hablado…

Rasgos de un ridículo mental en una pregunta insoportable,
No más que un detalle del vino, 
Volcado sobre la experiencia de la risa y el calor humano de una cama sin pesadillas.
Luego el rostro desaparece y la costumbre de moda es la de olvidarse,
En si, son los días del no pensar,
Para preguntarme lo mismo que nunca me había preguntado.

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